divendres, 7 de novembre del 2008

El cofre perdido de Osiris

Hola,

Hoy os contaré uno de los mitos más trascendentales de la cultura egipcia: la leyenda de Osiris.

Cuando Ra todavía gobernaba el Mundo, fue advertido de que su hija Nut, diosa de los espacios celestes, tenía comercio secreto con Geb, dios de la Tierra, y que si en algún momento diese a luz un niño, este gobernaría la humanidad, por lo que Ra maldijo a Nut de manera que nunca podría tener un hijo en ningún de los 360 días del año.

Nut pidió consejo a Thot, dios de la sabiduría, quien por cierto estaba enamorado de la diosa, de la que también había obtenido favores en su momento. Este, por medio de su sabiduría, encontró la forma de evitar la maldición. Thot acudió a Jonsu, dios lunar, cuyo brillo era entonces casi como el del Sol y lo desafió a un juego de mesa, en el que Jonsu apostaba su propia luz. Ambos jugaron y la suerte siempre estaba de parte de Thot, hasta que Jonsu fue derrotado. La apuesta consistía en 1/72 parte de la luminosidad diaria de la Luna, y desde entoces Jonsu no ha tenido suficiente fuerza para brillar a lo largo del mes; por eso la Luna mengua y se recupera periódicamente.

Con esta luz Thot creó 5 nuevos días (por lo tanto, libres de la maldición de Ra), y los añadió justo al final del año, de manera que éste pasaría a tener 365 días. Así, Nut pudo tener a sus cinco hijos. Primero nació Osiris, y su nacimiento fue anunciado como el de un dios bondadoso y benefactor del pueblo. El segundo día fue reservado para el nacimiento de Horus, hijo de Osiris e Isis; el tercero para Seth, quien no nació ni en el tiempo que le correspondía ni por el camino adecuado, sino rasgando el costado de su madre Nut. El cuarto día nació Isis, sabia y bellísima, y el último Neftis, menos afortunada que su hermana. Osiris, el primogénito, era el heredero del reino y representaba el lado bueno, la regeneración y la fertilidad de la tierra, mientras que Seth representaba la aridez, el lado oscuro y las zonas desérticas. Con el tiempo Osiris (el bueno) se casó con su hermana Isis (la bella), a quien amaba desde el vientre de su madre. Seth (el mal) se tuvo que conformar con la desagradable Neftis.

En aquellos tiempos, la humanidad vivía en estado salvaje, practicando el canibalismo, y fue Osiris quien enseñó a su pueblo a cultivar los campos, aprovechando las inundaciones anuales del Nilo, y cómo segar y recoger la cosecha para alimentarse. También les enseñó como sembrar vides y obtener vino (de ahí la asociación griega con Dionisio) y la forma de fabricar cerveza a partir del cultivo de cebada. Pero no sólo enseñó al pueblo cómo alimentarse y cultivar sino que le dió leyes con las que regirse en paz, la música y la alegría y les instruyó en el respeto a los dioses.

Cuando había acabado su función Osiris partió a proclamar sus enseñanzas en otra tierras, dejando a cargo de Egipto a Isis quien gobernó sabiamente en ausencia de su marido. Pero Seth odiaba a su hermano, su poder y su popularidad, por lo que mientras Osiris se encontraba en otras naciones confabuló un plan junto con otros 72 conspiradores y la reina de Kush (Etiopía), Aso. En secreto obtuvo las medidas exactas del cuepo de Osiris y fabricó un cofre de maderas nobles, ricamente adornado, como un Rey se merecía y en el que encajaba perfectamente el cuerpo de su hermano. Tras el regreso de Osiris, Seth decidió dar un gran banquete en honor a su hermano, e Isis, enterada de la posible conspiración advirtió a Osiris, quien no vió nada malo en acudir al banquete. La fiesta, a la que habían asistido los 72 conspiradores, fue grande; las mejores comidas y bebidas y los mejores bailes de todo el reino. La fiesta y los acontecimientos que se relatan a continuación se produjeron durante el día 17 del mes Athyr del año 28 del reinado de Osiris.

En un momento de la fiesta, cuando ya los corazones de los invitados estaban jubilosos, Seth enseñando el cofre dijo, con voz dulce: "Daré este cofre a aquél cuyo cuerpo encaje perfectamente en él". Los invitados fueron probando uno a uno si su cuerpo encajaba dentro del cofre, pero ninguno lo obtuvo porque para unos era largo o corto y para otros demasiado ancho o estrecho. Osiris, maravillado por la grandeza del oro y maderas y por las pinturas que lo adornaban, acercándose a él dijo: "Permitidme probar a mi". Osiris lo probó y viendo que encajaba afirmó: "Encajo y será mio para siempre", a lo que Seth respondió "Tuyo es, hermano y de hecho lo será para siempre" y cerró la tapa bruscamente, clavándolo luego con ayuda de los invitados y sellándolo con plomo fundido. El cofre fue transportado hasta el Nilo donde lo arrojaron. Hapi, el dios del Nilo, lo arrastró hasta la costa fenicia, junto a la ciudad de Byblos, donde las olas lo lanzaron contra un arbusto de tamarisco, en el que quedó incrustado. El arbusto creció y se convirtió en un grandioso árbol con el cofre incrustado en su tronco. Pronto se corrió la voz de la grandeza del arbusto por las tierras del reino y el rey Malcandro, avisado de la extraordinaria apariencia del árbol, se acercó al lugar, ordenando que fuese talado, para construir un pilar que en adelante sujetara el techo de su palacio.

Isis, enterada de la traición de Seth, se propuso encontrar el cadáver de su marido para darle la justa sepultura, digna de un dios, y partió en su busca junto a su hijo Horus. Isis deambuló por toda la tierra en busca del cuerpo de Osiris, preguntando a todos los que veía, pero no había hombre ni mujer que conociese el paradero del cofre, y la magia que Isis poseía no tenía efectos en tales circunstancias. Hasta que encontró a unos niños que jugaban en la ribera del río, quienes la informaron de la rama del Nilo por la que había llegado el cofre al mar. Después Isis, solicitando siempre la ayuda de los niños, averiguó que el cofre había llegado hasta la localidad de Byblos, noticia que le había sido transmitida por un viento divino. Llegó a esta ciudad y se infiltró entre la Corte, ganándose la confianza y la admiración de todos, para posteriormente rescatar el pilar que contenía el cofre de Osiris.

Isis regresó a Egipto y escondió el cofre en los pantanos del Delta. Seth, que se encontraba cazando jabalíes una noche, encontró, por la luz de la Luna, el cofre y lo reconoció. Encolerizado por el hallazgo lo abrió, tomó el cuerpo de Osiris y lo despedazó en 14 trozos que esparció a lo largo del Nilo para que sirviese de alimento a los cocodrilos. "¿No es posible destruir el cuerpo de un dios?". "Yo lo he hecho - porque yo he destruido a Osiris"! dijo Seth riendo, y su risa se oyó en todos los rincones de la Tierra, y todos aquellos quienes la percibieron temblaron, estremeciéndose de terror.

Isis debía empezar de nuevo su búsqueda, pero esta vez no se encontraba sola, ya que iba protegida por 7 escorpiones, viajando por el Nilo en una barca de papiro. Poco a poco Isis fue recuperando cada uno de los trozos del cuerpo, envolviéndolos en cera aromatizada, y en cada lugar donde apareció un trozo, Isis entregó a los sacerdotes la figura, obligándoles a jurar que le darían sepultura y venerarían, además de consagrarle el animal que ellos mismos decidiesen al que venerarían con los mismos honores en vida, cuando muriese y tras su muerte. Sólo un pedazo quedó por recuperar, el miembro viril, comido por el lepidoto, el pagro y el oxirrinco, especies que quedaron malditas a partir de ese momento, y nunca más ningún egipcio tocaría o comería (estas especies inspiraban terror a los egipcios). Isis reconstruyó el cuerpo y con su magia asemejó el miembro perdido, consagrando así el falo, cuya fiesta celebrarían más tarde los egipcios. Gracias a Anubis lo embalsamó, convirtiéndose en la primera momia de Egipto,

y lo escondió en un lugar que sólo ella conocía y que permanece oculto y secreto hasta hoy: nadie todavía ha podido encontrar el cofre perdido de Osiris.

JOSEP