dijous, 7 d’agost del 2008

Porque amo la historia

Apreciado lector,

Hoy falta una semana y pocas horas para partir hacia el país de los 50 siglos. El primer epicentro de la historia y de la cultura de las grandes civilizaciones occidentales; el lugar donde la sabiduría tradicional se confunde con las dunas, los valles y el río. El gran río. El lugar de los muertos grandiosos. Egipto.


Empecemos. Haz click en el mapa y fíjate que nos situamos en el extremo noreste del continente africano, al sur de mi querida Grecia (de hecho, el origen del topónimo Egipto viene del griego Aegyptos, que significa: más allá del Egeo). Como puedes ver la civilización egipcia se desarrolló en un espacio muy concreto: la estrecha franja, de 20 km de ancho, en el margen del río Nilo, a lo largo de casi 2000 kilómetros, formando, como puedes ver en la fotografía que te adjunto, un largo pasadizo de norte a sur (la ribera del Nilo). Su ubicación permitió a los egipcios estar a salvo de las invasiones extranjeras durante miles de años; mar en el norte y el este (Mediterráneo y Rojo respectivamente), desierto en el sur y el oeste (Nubia y Líbia respectivamente). La península del Sinaí era la única puerta al país. Aún así, cuidado: Egipto fue un lugar protegido, pero no aislado. Desde los inicios mantuvo importantes relaciones culturales y comerciales con sus vecinos. Prueba de ello es la tolerancia con que los egipcios acogieron a los griegos en Náucratis (ciudad del Bajo Egipto) o el templo egipcio, que data del Imperio Antiguo, levantado en la fenicia Biblos (actual Líbano).

Respondida la pregunta del ¿DÓNDE?, ahora nos queda introducir el ¿CUÁNDO? Egipto es poblada por tribus nómadas del desierto nubio ya en el 15.000 aC. Con el paso de los milenios, estos clanes se fueron asentando a lo largo de la ribera, agrupándose en centros de población cada vez mayores, hasta formar dos grandes núcleos culturales, que podéis ver en el mapa: ALTO EGIPTO (sur; Seth era su dios) y BAJO EGIPTO (norte; Horus era su dios). Egipto es un país doble, popularmente conocido como Las Dos Tierras, porque precisamente nace de una unión, canalizada en la autoridad suprema del faraón. Esta unión tuvo lugar cerca del 3100 aC con el primer faraón, Menes-Narmer, de la primera dinastía de la época pretinita. Ubicó la capital en un hipotético lugar llamado Tinis, quizás cerca de Abydos, equidistante entre Buto (capital del Bajo Egipto) e Hieracómpolis (capital del Alto Egitpo). Entre risas, lágrimas y cambios constantes, aquella civilización que entonces nacía, logró permanecer inalterable durante casi TRES MIL AÑOS, hasta las invasiones persas y griegas (343 aC).

En la siguiente tabla, que yo os he preparado, disponéis de un resumen (en catalán) sobre la historia de Egipto. Haced click en ella para ampliar:

Tres mil años... solamente de pensarlo, me entran escalofríos. Pensad sobre todo en lo siguiente: entre 1789, fecha de la Revolución Francesa, y hoy sólo han pasado 219 años, es decir, un poco más de dos siglos. Sin embargo, en este lapso de tiempo, muy corto en relación con los tres milenios de historia de Egipto, Francia ha conocido la Revolución, el Terror, emperadores, reyes y presidentes de la República. En tan pocos años el modo de gobierno ha cambiado varias veces. En Egipto hubo un solo tipo de gobierno durante más de tres mil años: el faraónico. Incluso los ocupantes persas, griegos y romanos se tuvieron que hacer coronar faraones para poder gobernar Egipto. La institución faraónica es, sin duda, la más estable de todos los poderes políticos que ha conocido jamás la humanidad.

Y ahora me gustaría que nos preguntásemos: ¿por qué? ¿Como es posible? En una tierra de muerte, prisionera de los desiertos inhóspitos, bajo un clima infernal (40 grados de temperatura media anual en el sur) y donde apenas llueve una vez cada diez años ...... ¿como se explica que allí pudiera florecer una civilización tan esplendorosa como la de Egipto? En una palabra: NILO. El río, un auténtico milagro de vida en medio de la nada. Gracias a él, los egipcios podían comunicarse (era la autopista natural por donde miles de embarcaciones, llamadas falucas, circulaban), obtener agua potable, y sobre todo, conrear. La agricultura era el pilar de su economía. Recordemos las crecidas del cabal, que se iniciaban en la segunda semana de junio, alcanzando su punto máximo en septiembre. A finales de otoño las aguas se retiraban, dejando tras ellas una importante extensión de tierra fértil y productiva, para ser trabajada durante la primavera.Pero no solamente tenemos que enfocar el Nilo desde un punto de vista meramente utilitario; el Nilo es más que una infraestructura. Resulta la razón de ser de Egipto, reposa inherente en su esencia más íntima. Gracias al Nilo, Egipto es. Por dos motivos: primero, como he dicho antes, sus aguas brotan como una fuente de vida y fertilidad en medio de la nada. En segundo lugar, comunica las dos tierras (el norte con el sur, a 1500 km de distancia), una unión de la que nace la civilización egipcia. Por esto, los egipcios sentían una gran devoción por su único y gran río (incluso le dedicaron un dios: Happy, la fertilidad).

Y a partir de Happy, a partir de las aguas del Nilo, se levantarán todos aquellos templos magníficos que dentro de unos días visitaré.

JOSEP
PS. He escrito este texto en castellano para que mi familiar y sobre todo amiga, Juanita, pueda entenderlo.